El evento TEASUR, cada vez mejor
organizado por el Consejo de las Artes Escénicas, llegó en este agosto con
nuevos bríos, al unir en dos brigadas diversas propuestas relacionadas con las
artes escénicas y otras manifestaciones como la poesía y la música,
perfectamente unidas en los conceptos artísticos de Miguel Leoncio Olaechea
Gómez, al frente de la Brigada Uno,
y Francisco Fonseca Leyva, al frente de la Brigada dos.
TIJO, Pinos Nuevos, Piruetas,
Índigo, Raíces de España, La
Carreta de los Pantoja, más las compañías invitadas: Hilos
Mágicos, de La Habana,
y, de Pinar del Río, andaron y desandaron poblados y comunidades, acciones que
se convirtieron en verdades fiestas de niños y adultos, los cuales disfrutaron
siempre de espectáculos amenos y variados. En las noches, La
Sala La Toronjita Dorada, abrió sus puertas
a las agrupaciones, las cuales proyectaron una imagen más teatral de su labor.
Realmente, quien escribe estuvo
estrechamente vinculado a la
Brigada dos (TIJO, Hilos Mágicos e Índigo) con presentaciones
y ventas de libros, y pudo comprobar en La Tumbita, La Comunidad 53, La Embajada, Comunidad 5 y
Playa Bibijagua —¡cuántas personas viven hoy en Playa Bibijagua!— la gran
aceptación de los pobladores, niños y adultos, ávidos de actividades
culturales, cuestión que muchos plantearon en la actividad de clausura ante la
máxima dirección de Cultura en el municipio. Pienso, y así lo he comentando,
otros también lo hicieron, que estas “brigadas” artísticas deben mantener su
accionar durante todo el año y no marcar una temporada específica, aunque el
TEASUR por su impacto, organización y trascendencia, debe mantenerse (es un
compromiso de la dirección de las Artes Escénicas) en años venideros.
Recomiendo también la presencia de puestas que permitan ver otras “aristas” del
trabajo teatral y no cargar tanto las ediciones de esta fiesta de los teatreros
de proyectos para niños…, claro, ¡qué clase de público ese!
En verdad, esa noche del dos de
junio, amigos, no fue “larga” en la
UNAEC, apenas una hora con cuarenta y cinco minutos; lo
sucedió en ella -¡maravilla del arte y el entendimiento humano!- sí fue
grandísimo.