Por: Nelton Pérez
Martínez
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Gala de clausura en la UNEAC |
El domingo 12 de mayo,
Día de las Madres, también acá en la ciudad de Nueva Gerona, la más al sur de
las ciudades cubanas, fueron otorgados los premios del concurso Paco Mir 2013.
La culminación de la jornada que celebra este año el natalicio sesenta del
poeta de Las hojas clínicas, contó con la
participación de más de una cuarentena de obras. De las obras recibidas el
jurado dijo que podían catalogarse en su casi totalidad de muy buena calidad,
lo que hizo que el fallo de los jurados fuera un hecho muy analizado y decidido
tras discusiones respetuosas, pero apasionadas.
Así fue, que entre los
tres jurados por género se acordó ir descartando y decidirse por varias obras
finalistas. Y esto fue muy difícil. Después de abiertas las plicas en el mismo
momento de la premiación muchas fueron las sorpresas, y muchos los nombres
conocidos a posteriori que ni siquiera llegaron a ser finalistas. Si bien esta
edición contó con la mitad de obras recibidas en las versiones anteriores al
2010, si hay que asegurar que el concurso fue un éxito por la calidad y madurez
de las obras.
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Enrique González y Jorege L. Garcés |
En Literatura Infantil
fueron finalistas: Cuentas de cristal de Rafael Carballosa y Un duende en casa
de Carlos Santos Montero, ambos pineros. Segunda Mención al libro: Bichos en el
jardín de Luis Alfredo Vaillant Rebollar, de La Habana. Primera Mención al
libro Por el hueco de una aguja de Caridad Tasiana González Sánchez. Y Premio
Paco Mir 2013 por unanimidad al libro Gaviotas en las aceras del pinero Daniel
Zayas Aguilera. El jurado integrado por Elena Corujo Morales, Julio César
Sánchez Guerra, e Ian Rodríguez dijo: es
una historia de amor, una sensible historia familiar, de amigos, de escuela y
muchachos, escrito con el candor y la puerilidad del adolescente. Una historia
que atrapa a su lector hasta el final, no importa su edad. El relato no pierde
el hilo ni el viento que corre tras el alma de los barcos que andan fuera de la
orilla... Un canto lleno de nostalgias a la isla a través de la mirada de un
adolescente infeliz y luchador.
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Lis María Zayas, hermana de Paco Mir |
En el género de Narrativa
el jurado debió leer 14 libros y dada la calidad decidió destacar como finalistas
a Solo para ebrios, de Olga Montes Barrios de Artemisa. Y a tres narradores pineros que fueron Carlos
Santos Montero, con su noveleta Lejanas cercanías; Ailín García con su libro
Como mienten los boleros y a Daniel Zayas Aguilera por Las buenas noches. Así
como otorgar Menciones en igualdad de condiciones a los libros Echale la culpa
a Betty Boop del escritor Ariel Fonseca Rivero y a Tiempo de espera, del
escritor Yonnier Torres Rodríguez. Y otorgarle el Premio Paco Mir 2013 en
Narrativa al libro Cayendo despacio del escritor habanero Javier Rabeiro
Fraguela; del que opinó el jurado que conformaron Enrique González, Nelton Pérez, Daniel Díaz
Mantilla: es un libro de una limpieza en su prosa, que deja ver un estilo
propio y dominio del arte de contar. Un
cuaderno de cuentos que además destacó por la sutileza con que aborda los
conflictos y motivaciones de sus personajes.
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Ian Rodríguez, miembro del Jurado |
Y llegamos al género de
poesía en el que participaron 18 libros y por lo menos 15 son perfectamente
publicables. Aquí los jurados fueron Pedro López Cerviño, Nelton Pérez e Ian
Rodríguez también decidió, luego de arduas relecturas, destacar como finalistas
al libro Vidas colindantes de Luis Manuel Pérez Boitel de Remedios, Villa
Clara. A Fuera de mis manos surge el
viento del habanero Ricardo López Lorente y Postales de Babel de Osmany
Echevarría, de Pinar del Río. Así como a Los frutos de la demencia del pinero
Daniel Zayas Aguilera, el escritor más mentado por finalista y también premiado
de la noche. Y otorgar con una segunda Mención al libro Novias del poeta
santiaguero de Palma Soriano: Miguel Ángel Ochoa Cruz. El jurado se expresó así
de Novias: por la singular perspectiva irónica asumida expresivamente por el
sujeto lírico al abordar un tema tan escabroso como el de las relaciones amorosas,
destacándose de manera particular la contundencia de los textos en prosa. Y
otorgar primerísima Mención al libro que luchó hasta el final, nombrado en
francés: Bon appétit de la espirituana Dalila León Meneses. De este cuaderno
poético destacó el jurado: su impecable arquitectura, la ingeniosidad formal al
poetizar la crudeza de lo cotidiano con acentuado cinismo. Y otorgar el Premio
Paco Mir 2013 en poesía a un libro que por azar fue el último en llegar antes
que cerrara el plazo de admisión, Tratados de la mala hierba de la autoría de
Maylan Alvarez, esta matancera de Unión de Reyes de la que el jurado se
maravilló por: la alta capacidad fabulativa, la visceralidad en el imaginario
expresivo de un sujeto lírico que no encuentra ataduras para acercarse a
ninguno de los temas elegidos, que son abordados como si fuera la vez primera
que se poetizan, por momentos con una contundencia afectiva pero sin desdeñar,
sin embargo, ni el sarcasmo ni el cinismo. Un libro que crece deteniéndose en
las pequeñas cosas para hacernos ver lo grande y la vida. Un discurso muy
particular y femenino que viene desde lo cotidiano y los ojos y el recuerdo,
por ejemplo de una abuela en De la infancia y los cuchillos: Mi abuela
Alfonsina Dulce María, siempre gritaba ¡qué lindo está el cielo!, cuando
tasajeaba, gargantas de pollos vivos, para hacer, una rica sopita de mediodía.
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Miembros del Jurado |
Si algo debe distinguirse con pena y lamentar otra
vez, de nuestra desidia insular, fue que en el concurrido patio de la UNEAC
pinera donde se llevó a cabo la emotiva gala cultural de premiación del evento
Paco Mir 2013, fue que no aparecieran ni siquiera por un par de minutos, las
autoridades culturales (ni Centro del Libro ni Dirección de Cultura, ni
Islavisión) tampoco organizaciones políticas del territorio. Eso, a tono con la
actividad que celebraba el sesenta natalicio de Francisco (Paco) Mir Mulet
junto a amigos y familiares del poeta fue otro naufragio anticultural, algo De
Madre. Los escritores invitados notaron estas ausencias con sutil perplejidad.
Pero ni siquiera eso logró empañar a esta jornada en memoria de quien fuera
nuestro más querido poeta. Y que Paco Mir estuviera no sólo en los vídeos
mostrados, sino en espíritu, en su poesía que por siempre nos queda. Paco, ya
es árbol que florece y da frutos. Es un hecho, allá los que no quieran ni
puedan verlo con su bastón y pelo rojizo desandar de nuevo por Nueva Gerona y
su isla, en Santa Fe y su casa de La victoria.