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En hora buena, llega usted a Caleta del Sur, un esfuerzo conjunto por mostrar y defender, a toda costa, el arte gestado en este terrirtorio insular. Aquí podras encontrar, artículos, comentarios, poesías, cuentos, críticas y ensayos, así como informaciones y noticias sobre las actividades que realiza la filial de la UNEAC y otras instituciones en la Isla de la Juventud.

Miembros y amigos se han reunido en este esfuerzo para lograr que el quehacer pinero vea la luz, a través de un espacio alternativo y ágil. Quizás usted quede sorprendido ante el asombro de ver y conocer que en una pequeña Isla del Archipiélago cubano, haya una fuente tan vasta de sabiduría y entrega hacia el arte y la cultura, que hoy estamos convocados a salvar.

¡Esperamos de todo corazón que el esfuerzo no sea en vano!



viernes, 21 de noviembre de 2014

QUÉDATE ESTE BOLERO….



TONY VALERO
Amaury Pérez Vidal se apareció un día de no recuerdo qué año, qué día, qué mes, cantando “Quédate este bolero”, algo que me confirmó que esta forma de hacer la canción tenía que ser mía sin ser yo ni cantor, ni compositor, ni ejecutante de ningún instrumento musical. Vicéntico Valdés, por entonces, a cada rato se aparecía con aquello de…”conversación en tiempo de bolero”…y me recordada –no sé por qué extraña asociación- aquellas tardes de sábado en las cuales mi tío Roberto armaba se sillón de limpiabotas en los portales de La Bodega de El Chino (Carmen esquina a Ferrer) y me llevaba. Entonces escuchaba al Benny, Faz, Vallejo, Blanca Rosa, en un “concierto” increíble en discos de vinillo que la victrola del lugar permitía “dirigir” con apenas unos centavos. Después crecí, llegaron Los Beatles, Led Zepelin y compañía. Tuve la suerte, en mi querido Cerro habanero, de conocer a un grupo de muchachos de otro barrio, reparto Las Cañas, y que ellos tuvieran un “amigo mayor”, Bertico, el marinero, que sobre los 70 traía discos de Serrat y Cortés, ¡y muchos de aquellos discos que antes mi tío Roberto me hacía escuchar en la bodega del barrio! ¡Qué suerte conocer a Noelito, Felipón, al Chivo Casanova, a Ciro!...!Qué suerte que por allí anduvieran también Mandy, Juanito “Frank” la muerte”, Tosca…nuevatróvicos por excelencia! Así se fue conformando mi gusto musical, gusto que incluyó muchas obras sinfónicas tocadas en el Amadeo Roldán –antes de quemarlo-, acompañado de Rolando Prats, sudados y sucios en tardes dominicales de baloncesto en la Ciudad Deportiva. La Radio, con mayúscula, Radio Caribe, en la Isla, a la cual dediqué casi 25 años de mi vida, me permitió hurgar en archivos de cintas viejas, de discos llenos de polvo, causantes de una alergia actual, en los cuales encontré cosas maravillosas de la música cubana. Hacer programas, escribirlos y dirigirlos, me llevó a sistematizar, autodidácticamente, el estudio de la música cubana, y, claro, el buen bolero.
CARIDAD SOTO
¿Boleros favoritos? ¡Por Dios, cuántos! ¿Querer componer un buen bolero para decir a mi negra amada –permiso, Amaury-: quédate este bolero? ¡Infinidad de veces! De todos, quizás, fragmentados, crearía uno así:

Cada vez que te digo lo que siento
-los aretes que le faltan a la luna-
mujer, si puedes tú con Dios hablar
pregúntale por las cuatros esquinas qué hablan de los dos,
tú siempre me respondes de este modo:
la deuda que tienes que pagar.
Corazón, no llores, qué le vamos a hacer,
aunque tú me has echado en el abandono
vas en busca de un fracaso.
Si me pudieras querer
como te estoy queriendo yo
EN PLENO BOXLERIANDO
para qué son esos plazos traicioneros.

Cary, Tony, Arcaya, boleristas de ley, con una selección adecuada de los DJ Geño y Adonis, me devuelven en el Patio de la Uneac, dos veces al meses, esos boleros preferidos que,  por suerte, cantan mis hijos, y mi negra de 26 años de matrimonio, años de luz y de pesares,
se sabe de memorias. A ella, cálida –a veces- tempestuosa otras, le quiero decir ahora: quédate este bolero.