Nelton Pérez en una de sus habituales tertulias en la sede de la UNEAC en la Isla |
Por: Pedro Fariñas Grondona
Lo vi llegar un día a la
oficina de Programación de Radio Caribe buscando trabajo como escritor de
programas. Lo atendió con suma delicadeza la excelente asesora Teresita Freyre
Gallardo. Me dije entonces: “Uno más…”. Me equivoqué del pi al pa: el
personaje, demasiado alto y demasiado flaco, al cual el pelo ya la avisaba de
la indetenible caída, comenzó a escribir muy buenos guiones radiales. Después
se me perdió y supe por el “ekobio” Manolito Guillén que el demasiado alto y
demasiado flaco andaba como Quijote, pero sin Rocinante, por Las Tunas. Allí
conoció al Gran Guillermo (Vidal) y comenzó su carrera literaria. “Uno más” me
dije otra vez. Pero volví a equivocarme.
Nelton Pérez, Premio Alejo Carpentier en novela |
Ganó premios. Se hizo del infaltable
curriculum vitae –algo que detesto porque, al final, en una hoja de papel, el
curriculum también sirve para limpiarse…-. Regresó a la Isla como miembro de la
Uneac. “Uno más”…, bueno, ya se imaginan que me volví a equivocar. Comencé poco
tiempo después a tenerlo en cuenta, a
leer sus libros, a oír sus comentarios –muchos de ellos llenos de una ironía
exquisita-, a reírme de sus “serias” bromas. Para colmo, como para declararlo
en mi yo como el mejor narrador pinero y uno de los principales intelectuales
de este terruño, se aparece con el Premio Alejo Carpentier, y, nada menos, que
hablando de Martí, del Pepe que se pasea por Nueva Gerona con su sombra inmensa
y su vigencia vital.
Él, que sigue siendo
demasiado alto y ya no tan flaco, sí con menos pelos que cuando llegó a Radio
Caribe, no es mi amigo, aunque intercambiamos saludos, comentarios, chistes y
chismes. Y sin traje esta vez, en seco, porque ya la “curda” la dejé a un lado,
brindo por su éxito y porque este no es más que el primer paso para próximas
conquistas y seguir engordando el curriculum…, ese que escrito en un papel, al
final, también sirve para….
¡Felicidades, Nelton!