Por: José A. Taboada del Toro
INTERVENCIÓN URBANA EN EL PASEO MARTÍ DE NUEVE GERONA |
Para Abelardo
Echavarría Arias [Guaimaro, 1950] querer mostrar “Tauro en Sucu-suco”, no es más que traspolar los espacios visibles
galéricos a un espacio mucho más comprensible, un espacio donde el transeúnte
llegue sin prejuicio ante la obra de arte.
LAS PIEZAS DE ABELARDO |
Las pequeñas
piezas que componen esta sui géneris
muestra, nos hace pensar en una traspolación de conceptos identitarios
regionales, desde las llanuras del gran Camagüey donde los rebaños inquietos
pastan al amparo de su antojo, hasta una pequeña isla que flota solitaria en el
mar Caribe. Desde aquí se genera multiplicada la diversidad de caracteres que
nos hacen ser doblemente cubanos.
En el asombro quizás, radique esta muestra, lo
primero será descubrir el cómo, que implica
en sí mismo un acto de buena fe y no un qué, que juzga sentenciosamente el acto
creativo; y segundo, el que no empieza ingenuamente por sorprenderse, por
asombrarse, no tiene derecho a preguntar nada. Y es aquí donde el artista se
reafirma como un hacedor de infinitas poéticas, de imágenes que solo el fuego
logra, tonalidades que van desde el gris hasta el ocre. Sin dudas, las figuras
que cobran vida, luchan ante la mirada del otro.
LAS PIEZAS ADORNAN LOS ASIENTOS DEL BULEVARD |
El artista ha
querido llevar “Tauro en Sucu-suco”, hasta las extremas posibilidades de lo mágico
y bucólico del entorno en el cual las piezas son mostradas, quizás como
reencuentro entre el sentimiento de pertenecía y la razón de estar aquí.
Abelardo
Echavarría, logra centrar la atención y gana otro espacio, no tengo dudas,
cuando cabalga y encuentra en su sueño, el anhelado tesoro del reconocimiento
artístico en la sabiduría popular. Gracias por compartir francamente ese sueño.
Lo sabemos.
Gerona, la nueva:
octubre 10 de 2014