Lidys Lamorú, la nueva cantora de los niños cubanos, y de otros no tan niños, llegó a la Isla con ese candor que la acompaña y esa hermosa sonrisa que acompaña a un rostro lleno de ternuras.
En la sede de la UNEAC pinera, en su segundo día de estancia en esta tierra, tuvo un encuentro que, a nuestro modo de ver, se convirtió en clase magistral, con miembros de la Brigada José Martí, actores que trabajan para los niños y miembros de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba. Lidys habló de sus años en la Isla, de su participación en los años 80 en Festivales Pioneriles y de la FEEM en el Teatro Victoria (hoy en ruinas), que tanta historia atesora.
De Doña Teresita Fernández conversó con una pasión casi incontenible, como cuando mencionaba a su pequeña hija o una vieja guitarra rota que le regaló una amiga y con la cual compuso y montó sus primeras obras y presentaciones.
Hermosa y sincera, prometió un regreso. La esperamos.
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