
Unos dicen que debido a ciertas plagas; otros señalan que por un mal manejo y explotación excesiva. Lo cierto es que ella, por mucho tiempo dama de estas tierras insulares, se ha vestido de fugitiva en un camino y se nos hace difícil alcanzarla, aunque, en ocasiones, la vemos en manos de vendedores ambulantes.

¿Nostalgia? Puede ser. ¿Necesidad? Tal vez. Lo cierto, y real, es que Carlitos supo aprovechar viejas imágenes de la Isla, prácticamente toda la Isla, para entregarnos un producto que huele a frescura aún en la nostalgia, ¿o la necesidad?. Flor de azahares embellecidas por el gris del tiempo, rostros jóvenes –los nuestros- en pantalla. Pineridad subyacente, en definitiva, en esta ODA A LA TORONA, que, a mi modo de ver, es una inmensa ODA a la Isla nuestra y a nuestros años entregados a la tierra.
Gracias.