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En hora buena, llega usted a Caleta del Sur, un esfuerzo conjunto por mostrar y defender, a toda costa, el arte gestado en este terrirtorio insular. Aquí podras encontrar, artículos, comentarios, poesías, cuentos, críticas y ensayos, así como informaciones y noticias sobre las actividades que realiza la filial de la UNEAC y otras instituciones en la Isla de la Juventud.

Miembros y amigos se han reunido en este esfuerzo para lograr que el quehacer pinero vea la luz, a través de un espacio alternativo y ágil. Quizás usted quede sorprendido ante el asombro de ver y conocer que en una pequeña Isla del Archipiélago cubano, haya una fuente tan vasta de sabiduría y entrega hacia el arte y la cultura, que hoy estamos convocados a salvar.

¡Esperamos de todo corazón que el esfuerzo no sea en vano!



miércoles, 5 de mayo de 2010

ENCUENTRO EN UNA ISLA DE MAR NO DESCUBIERTO TODAVIA.

Por Pedro Fariñas G.
Fotos Gisklys Leyva.

NUEVA GERONA [mayo–5] 11.00 am. Muchas veces nos vemos, nos saludamos y hasta sonreímos juntos hasta algún que otro chiste. Sin embargo, qué poco nos visitamos estando tan cerca. Sí, cerca, muy cerca, porque apenas nos separan unos metros, los pocos metros de una calle de Nueva Gerona, 26, o Bruno Hernández –como prefiere llamarle el historiador Juan Colina-. La calle 26 es entonces la frontera física entre la sede de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, UNEAC, y el Fondo Cubano de Bienes Culturales, FBC, una y otro centros de la cultura pinera.
Hoy miércoles 5 de mayo de 2010, a las 11:00 am, y gracias al genio organizador que es Carlos Santos Montero, escritor y Presidente del Evento Literario Paco Mir, los trabajadores y directivos del Fondo –así le llamamos- se encontraron con un grupo de escritores miembros de la UNEAC y del Taller Literario “El Puente”, que lidera José A. Taboada, para conversar entre amigos sobre Paquito, ese personaje sin par que Monchy Font –sufriendo hoy las consecuencias de haber vivido- bautizara como Poquito Mir. Sé, como amigo de Monchy y de Paco, que no fue en tono de burla, chanza, choteo, sino una manera muy a lo Monchy de reconocer la grandeza del poeta.
Yo aproveché la ocasión para reiterar mi tesis: Paco Mir intentando descifrar el misterio creativo y existencial de la Isla, y lo vital que resulta para el ser humano el afán de dejar siempre algo nuevo y bueno, aún cuando sepamos que la vida se nos escapa de las manos. Así sentí a Paco cuando se fue en 1998; así lo siento hoy en la distancia de unos años sin vernos, sin escuchar su pregunta de “cómo están tus hijos”, esos hijos míos que reconocen su figura física en fotos y videos, esos hijos míos de los cuales quisiera que algún día lo vieran con todo su valor y como ese buen tío que eternamente velará por la salud de quienes habitamos la Isla, la Isla de Paco, la Isla que no es naufragio, sino una de las islas de un mar no descubierto todavía.

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